Poesía
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Cuando llega la hora, los amigos más fieles acompañan su tránsito. El uno pesaroso, el otro preocupado por los suyos, un tercero perplejo todavía por el trance, lo llevan en sus hombros, acompasado el paso, a la última frontera, hablándole en voz baja de su recuerdo eterno. Mas él apenas oye: ya goza la aventura de pasear el alma entre los astros. (1986; en Calendario helénico, 1987)
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